Hemos cumplido más de 100 años desde que los maristas se asentaron en Bilbao. Una cifra significativa como para no dejarla pasar inadvertida. Según reza el salmo, después de 100 años bien se puede decir que nuestro colegio está entre los robustos y veteranos.
Como decía Gorka Castillo en El Correo (10/03/97),un centro educativo es un factor de identidad para los vecinos de un barrio,y añadía: El colegio de los jesuitas significa para Indautxu lo mismo que los maristas para el Casco Viejo y Santutxu, o La Salle, para Deusto. En efecto, si las piedras doradas de la Plaza Nueva hablaran, nos contarían buena parte de la historia de Bilbao de este siglo ya acabado.
En la Plaza Nueva comenzaron 3 hermanos maristas su labor educativa en 1918 con 5 alumnos, que al final del curso llegarían a ser 78.
En el viejo emplazamiento de la Plaza Nueva llegaron a estudiar a la vez más de un millar de alumnos. El nuevo colegio es trasladado a Iturribide en 1965.
En estos más de 100 años miles de alumnos han pasado por las aulas del colegio y centenares de hermanos y profesores seglares han trabajado por formar buenos cristianos y honrados ciudadanos, tal como les encargó un día a los maristas su fundador, San Marcelino Champagnat.
Tenemos un reconocimiento y un recuerdo afectuoso de todos los exalumnos y profesores que pasaron por las clases de la Plaza Nueva y de Iturribide durante estos más de 100 años.
Los que seguimos su obra, recogemos su herencia de entrega y compromiso y nos ponemos bajo la sombra de la Andra Mari de Begoña, que nos protege desde lo alto de la colina.
